Una terapia psicológica consta de cuatro fases:

• La primera es la EVALUACIÓN, aquí es donde el psicólogo recoge toda la información necesaria para entender perfectamente tu problema.
• Después viene la fase de HIPÓTESIS, en esta el psicólogo te devolverá la información a ti para que entiendas perfectamente cómo se originó tu problema y por qué se mantiene o se ha agrandado en el tiempo.
• A continuación viene la fase de INTERVENCIÓN. Aquí el psicólogo te enseñará herramientas y técnicas concretas para que afrontes las situaciones temidas de una manera más adecuada y sin que te generen malestar.
• Y finalmente está la fase de SEGUIMIENTO. En ella se trabaja para prevenir recaídas y la finalidad será que tú mismo controles y decidas tu propia vida sin depender o necesitar siempre el apoyo de tu psicólogo. El objetivo es crear independencia y seguridad, y es en esta fase cuando el psicólogo va soltando las riendas poco a poco para que compruebes que puedes enfrentarte a los problemas que temías por ti mismo.

Ahí acabará la terapia psicológica, pero no tú trabajo personal. Recuerda lo aprendido y úsalo cuando lo creas conveniente.

Sí. Rotundamente sí. La especie humana es la única con una gran capacidad de aprendizaje. Aprendemos a lo largo de toda nuestra vida, y este aprendizaje no cesa hasta la muerte. Si os paráis a pensar, no éramos los mismos a los veinte que a los veinticinco, ni a los treinta, ni a los cuarenta y dos, ni a los cincuenta. Según las experiencias y sucesos que vamos viviendo, vamos modulando algunos de nuestros pensamientos y cambiamos algunas de nuestras conductas.

Mi labor consistirá solamente en cambiar aquellas conductas no adecuadas que están agravando tu problemática, para que afrontes estas situaciones sin temor.

No importa la edad. En cualquier momento, podemos aprender y hacer cambios para sentirnos mejor.

Los fármacos alivian el malestar, y en ese sentido funcionan, pero no te enseñan la forma de enfrentarte y solucionar tu problema.

Si ya estás tomando algún psicofármaco, coméntamelo pero no dejes de tomarlos de repente. La terapia psicológica puede desarrollarse aunque tomes medicación, y cuando ya hayas aprendido las estrategias de enfrentamiento, pediremos a tu médico que vaya reduciendo la medicación hasta llegar a cero. Seguiremos aún con la terapia para lograr que puedas dominar y controlar tu vida sin fármacos.

• Cuando existe “dolor emocional”, en forma de emociones negativas intensas como: depresión, miedo, pánico, cólera, desesperanza…
• Cuando se ve afectada una o varias áreas de tu vida: relación con pareja/familia, diversiones, trabajo, descanso, alimentación, proyectos, calidad de vida,, salud…
• Cuando una persona significativa en tu vida (familiar, amigo) se ve afectada por el problema y/o apunta la necesidad de buscar una solución.
• Cuando otros especialistas (médicos, abogados…) nos aconsejan la necesidad de buscar tratamiento psicológico.
• Cuando después de seguir un tratamiento psicofarmacológico, los resultados no son todo lo satisfactorios que deseas.

Con sólo una de estas razones puedes decidir acudir al psicólogo. Evaluaré y te diré si, efectivamente, puedo ayudarte.

Las condiciones actuales con respecto a la psicología en nuestro país en el Sistema de Salud pública hacen que no se pueda abarcar toda la demanda que existe de personas con trastornos emocionales. Es por ello, que en ocasiones, personas con cuadros emocionales severos se ven con la necesidad de acudir a un profesional del ámbito privado.

En mi trabajo, la sesión son 50€ y destino aproximadamente 60 minutos para trabajar con la persona. La duración de la sesión dependerá de los objetivos que se pretendan trabajar cada día.

En mi opinión, no es nada costoso para los beneficios que nos aporta una terapia psicológica. Mi trabajo dura un tiempo determinado, en el que trabajo con la persona para que controle ese malestar que le desborda y que le trae a consulta. Sería mucho más costoso a nivel de salud para la persona soportar un trastorno psicológico durante años sin ponerle el remedio adecuado.

Hay diferentes formas de ejercer la psicología y la corriente cognitivo-conductual es la que está cobrando más fuerza en la actualidad porque cuenta con un gran aval científico para determinados trastornos psicológicos como ansiedad o depresión. ¿Qué quiere decir esto? Que las técnicas y herramientas que aplicamos han sido demostradas y se ha comprobado que son altamente eficaces para estos casos, además contamos con menor probabilidad de recaída que si tratamos estos trastornos únicamente con fármacos.

Cognitivo hace referencia a los pensamientos de la persona, es decir, a cómo interpreta cada una de las situaciones que le acontece. Por otro lado, conductual se refiere a cómo se comporta ante dichas situaciones. Analizamos y evaluamos estos dos componentes para ver qué está haciendo mal la persona sin darse cuenta para notar ese gran malestar. Sólo haremos cambios en aquellas cogniciones y conductas que no son adecuadas para la persona y le ocasionan el problema. Trabajaremos siempre por y para objetivos realistas y posibles logrando mayor control emocional y que la persona no se sienta desbordada.