Los trastornos de ansiedad son de las problemáticas emocionales más comunes y que con gran frecuencia se abordan en consulta, aunque desafortunadamente el protocolo más habitual no suele ser ir de primera instancia al profesional experto en esta materia, en este caso, al psicólogo.Y, pese a que en casos en los que se ha agravado el trastorno y requieren de equipo multidiscipliar en el que exista tratamiento psiquiátrico y psicológico, lo cierto es que en gran parte de los casos leves o moderados no sería requisito imprescindible pasar por un tratamiento farmacológico.
La psicología cognitivo-conductual cuenta con técnicas empíricamente validadas y ha resultado ser más eficaz y con menor probabilidad de recaída frente a otras corrientes psicológicas y también frente a los psicofármacos para ciertas problemáticas emocionales como son los trastornos de ansiedad o la depresión. Entonces, ¿Por qué no se recurre al profesional oportuno en estos casos y muchas personas únicamente reciben tratamiento farmacológico sin ninguna información más al respecto sobre lo que les está pasando?
Algunas de las explicaciones más comunes que ayudan a entender por qué en muchas ocasiones las personas que sufren de problemáticas de ansiedad no reciben el tratamiento oportuno, pasando en ocasiones por períodos de años tomando únicamente psicofármacos sin tener el resultado esperado son:
-Los trastornos de ansiedad tienen un componente fisiológico, es decir, la persona nota sensaciones físicas muy incómodas como pudieran ser mareo, sudoración, temblores, sensación de ahogo, taquicardia, opresión en el pecho, espasmos, tensión muscular, entre otras muchas.
Cuando la persona nota dichas sensaciones, ante el desconocimiento acerca de qué le está sucediendo, suele acudir al médico de cabecera, pues en un porcentaje amplio de casos, se piensa que la causa de dichas sensaciones es algo orgánico o físico por cómo está reaccionando el cuerpo.
-Por otro lado la falta de información o información ambigua y en otros casos incorrecta también lleva al afectado a recurrir a psicofármacos u otras prácticas no adecuadas. La palabra Ansiedad se usa en infinidad de ocasiones en la actualidad, y escuchamos opiniones de todo tipo tanto de personas que la han presentado, a través de internet e inclusive por parte de algunos profesionales sean del ámbito sanitario o no. De todas estas fuentes la persona saca conclusiones erróneas como que no tiene cura, o que determinado medicamento es el idóneo, etc.
Lo que debiera de suceder, y que afortunadamente con más frecuencia se está dando, es que la persona que acude al centro de salud por problemáticas de ansiedad, sea derivada al psicólogo y se le explicara que es un trastorno emocional y no orgánico, pese a que note sensaciones incómodas, la causa no es una enfermedad física sino psicológica. De este modo, no agravaríamos el trastorno, pues cuanto antes se aborde y se le proporcione herramientas a la persona para controlar su ansiedad, evitamos que se consolide el problema.
-Otra causa que explica el por qué los afectados recurren a psicofármacos es el “alivio a corto plazo” del malestar. Vivimos en una sociedad en la que queremos las soluciones rápidas y “a la de ya”, y de este modo, al tomarme la pastilla, logro paliar ya los síntomas aunque eso no suponga que la persona ya sepa controlar esos episodios.
Por el contrario, la terapia psicológica es un entrenamiento de unas semanas en las que la persona debe hacer un esfuerzo junto con la ayuda del profesional para aprender a afrontar adecuadamente el problema.
Entonces, si estamos tomando ansiolíticos y vemos que no obtenemos los efectos deseados ¿Qué debemos hacer?, si te encuentras en esta situación, no abandones la medicación de repente, acude al psicólogo, y a medida que vaya avanzando la terapia psicológica se irá reduciendo la medicación con ayuda de tu médico, de tal modo que aprendas a controlar los episodios por ti mismo sin necesidad de medicación.