En estas semanas que estamos viviendo, muchas parejas pasan más tiempo juntos, las rutinas que llevábamos anteriormente se han visto tremendamente modificadas, ya no tenemos el espacio individual con el que contábamos anteriormente, y estos cambios pueden repercutir en nuestra relación de pareja.
Las parejas que ya tenían discrepancias importantes anteriormente, pueden intensificar sus problemas, y las relaciones de pareja sanas también pueden alterarse puesto que ya de manera individual estamos experimentando cambios emocionales que van a influir en cómo nos relacionamos con los demás.
En este artículo, voy a ofrecer algunas pautas para mejorar la convivencia en las condiciones actuales en las que nos encontramos:
-Entendiendo la pareja como dos naranjas completas y no como media naranja que complementa a otra media naranja, entendemos que somos dos personas individuales y que elegimos de manera voluntaria compartir momentos con la otra persona porque nos aporta cosas positivas, ¿Qué quiero decir con esto? Que además de los momentos que pasamos con la pareja, es importante que cada uno de nosotros tenga nuestro espacio individual independientemente de la pareja. Cada uno debe tener su círculo social o sus actividades con las que disfruta además del entorno o las actividades que se hacen dentro de la relación, puesto que hacerlo “todo” con la pareja resulta bastante tóxico y crea dependencia. Por lo tanto, un aspecto importante durante estos días, será buscar nuestro propio momento en el que realicemos actividades placenteras independientemente de nuestra pareja, es decir, aunque sea más complejo, que cada uno busque su momento individual para realizar algo agradable.
-Reparto equitativo de las tareas domésticas. Este punto siempre suele ser uno de los más conflictivos y de los que mayores discrepancias crea. Si ahora estamos los dos en casa, será importante reorganizar las labores del hogar de un modo distinto a la rutina anterior, en el que se dé un reparto igual de las tareas en el que ambos se sientan cómodos. Resulta muy práctico reflejarlo en una tabla en la que visualicemos cada día lo que le concierne a cada uno.
-Mejora la comunicación. Otra pauta importante será cómo expresamos los aspectos relevantes a la pareja, si tiene alguna conducta o comentario que me produce mucho malestar, hay que hacerle consciente de lo que nos pasa y no mantenernos callados esperando a que la otra persona “adivine y nos pregunte qué nos pasa”, pues nuestra pareja no está dentro de nosotros para saber todo lo que sentimos y cómo nos encontramos. Con lo cual, en un momento de calma y no siendo descalificativo y presuponiendo que la otra persona debería saber cómo estoy, debo informarle de aquello que me preocupa para que comprenda mi malestar.
Ana Isabel Moltó Martínez.
Psicóloga CV-10566 cognitivo-conductual. “Centro de Psicología Ana Moltó”.
Comentarios recientes